Una vez que el periodo de vacaciones ha llegado a su fin, el objetivo es restablecer los ritmos normales cuanto antes y de la mejor manera posible. Sin embargo, siempre suele haber unos días de desfase antes de adaptarse de nuevo a la rutina, ya que durante este periodo de descanso es habitual irse a dormir más tarde, no madrugar y alterar los horarios de las comidas.
Para recuperar nuestro día a día y volver al trabajo con las pilas cargadas, dormir bien resulta fundamental. "Hay que cenar temprano, de una forma ligera y evitar las bebidas alcohólicas, pues el sueño es de peor calidad tras haber consumido alcohol", explica Camilo Silva Froján, doctor en Medicina y especialista en Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra.
Cuidado con la deshidratación
Asimismo,el facultativo recomienda tener precaución con el té, el café y las bebidas con cafeína. "Las cenas copiosas, el alcohol por la noche y las bebidas estimulantes pueden dificultar la reentrada en un ciclo sueño-vigilia normal", señala.
Otro capítulo es el del consumo de líquidos, ya que si se escogió un lugar caluroso para veranear, se corre el riesgo de sufrir deshidratación.
Tras las vacaciones, retomar la rutina puede resultar agotador
"A veces, la deshidratación no es evidente, pero podemos advertirla por el cansancio. Cuando nos sentimos más cansados, una de las primeras sospechas que debemos tener es que estamos levemente deshidratados", comenta.
Silva expresa que una persona sana, con una función renal normal y que no tome fármacos diuréticos puede saber si está o no deshidratada por el volumen de orina. "Orinar poco y concentrado, es decir, con un color intenso significa que estamos probablemente bajos de líquidos y, por lo tanto, necesitaremos beber más", precisa.
"En cambio, orinar abundantemente y de color claro, casi como si fuese agua, indica que estamos bien hidratados", apunta Silva Froján.
Asimismo, el doctor expone que el peso ganado durante las vacaciones también puede ser una causa de fatiga.
Resalta que la vuelta al trabajo no es el mejor momento para iniciar una dieta de adelgazamiento. "Ahora toca restablecer los horarios normales y seguir una dieta saludable que nos proporcione la energía suficiente para afrontar de nuevo la rutina", matiza.
El doctor Silva señala que lo ideal sería comer entre tres y seis veces al día. "Desayuno, merienda a media mañana, almuerzo, merienda, cena y, en algunos casos, también recena. Ese sería un número de comidas razonable", expresa.
Destaca la importancia de los hidratos de carbono. "Una causa frecuente de fatiga es la baja ingesta de hidratos de carbono" y afirma que, sin llegar a prescindir radicalmente de ellos, disminuir notablemente su consumo podría hacer que, sobre todo, las personas físicamente más activas se sientan cansadas. "No es cuestión de comer solo hidratos de carbono. Ocurre que el pan, las papas y la pasta están muy demonizados y que hay que tener cuidado a la hora de cocinarlos, pero realmente no aportan tantas calorías y son una fuente de energía", concluye.
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