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Productividad y eficiencia


Todas las empresas y negocios tienen una preocupación en común: la productividad y eficiencia de sus empleados. Para ello es necesario, entre otras cosas, que los trabajadores tengan buenos hábitos para desempeñar sus tareas. 

El hábito es cualquier comportamiento que una persona hace en forma repetitiva, que le es innato y lo realiza de manera regular.

Independientemente del método o las herramientas que se utilicen para implementar el sistema de productividad, hay hábitos para mejorarlo y basta con ponerlos en práctica para empezar a notar una mejoría significativa.


Un buen hábito de trabajo es despejar el escritorio o el lugar de trabajo de todo lo que no se refiera a lo que se está trabajando; ya que el desorden hace perder el tiempo y genera más estrés que cualquier otra causa.

La habilidad de organizarse se puede aprender y para eso se debe comenzar a pensar que "quiero lograr" en la vida o en el día de hoy y determinar cómo se va a hacer. A veces se puede planificar el día solamente en forma mental o a veces es tan complicado que se necesita tener una agenda; pero la cuestión fundamental es saber organizarse de forma eficiente, ya que así se disminuye el estrés.

Los buenos hábitos al realizar las tareas mejoran los sistemas productivos

Otro buen hábito es tener los objetivos del trabajo claramente definidos, ya que ello facilitará ampliamente la gestión de las tareas en la agenda y permitirá saber con precisión cuándo se ha llegado a la meta.

Importante recordar
Las tareas rutinarias -generalmente de bajo valor y de sencilla ejecución- se pueden hacer por lotes, y para eso se debe juntar las actividades según su tipo y reservar un momento del día para llevarlas a cabo todas al mismo tiempo. Por ejemplo, hacer llamadas, contestar correos rápidos, revisar documentos, archivar, y registrar gastos, entre otras. Las nuevas tecnologías de comunicación (correo electrónico, Messenger, blackberry, Facebook y Twitter, entre otras,) son muy útiles.

Pero si son administradas correctamente. También pueden transformarse en los peores enemigos de la eficiencia. Por eso hay que evitar las distracciones que representa estar siempre "en línea" y aprender a utilizar con mesura estos servicios tan importantes en las comunicaciones y dinámica laboral hoy en día.

Es vital que cuando se planifique el día de trabajo se dejen algunos espacios para descansar, ya que el cuerpo y la mente necesitan pausas para recuperar energía. No obstante, se debe recordar que descansar no es sinónimo de perder el tiempo. Significa relajarse, liberar el estrés, para volver pronto a la faena.

Hay que aprender también a enfrentarse temprano en la mañana con las tareas menos placenteras en vez de dejarlas para el final del día.

Esta es una forma de vencer la procrastinación, el hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes pero agradables.

Sin duda, lo más importante es tomar conciencia de que para ser más productivos es necesario integrar nuevos "rituales" y hábitos, usar toda la fuerza de voluntad para avanzar y alcanzar los objetivos de ser un trabajador eficiente.


Estrategia de las 5 "s"
  • Las cinco "S" son las bases del modelo de productividad industrial creado en Japón y hoy aplicado en empresas occidentales.
  • Surgió a partir de la Segunda Guerra Mundial por sugerencia de la Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros como parte de un movimiento de mejora de la calidad y sus objetivos principales eran eliminar obstáculos que impidan una producción eficiente.
  • Esto trajo también como consecuencia una mejoría considerable de aspectos como la higiene y seguridad durante los procesos productivos.
  • Su rango de aplicación abarca desde un puesto ubicado en una línea de montaje de automóviles hasta el escritorio de una secretaria administrativa. Se llama estrategia de las 5S porque representan acciones que son principios expresados con cinco palabras japonesas que comienza por la letra S. Cada palabra tiene un significado importante para la creación de un lugar digno y seguro donde trabajar. 
  • Estas cinco palabras son: clasificar (seiri); orden (seiton); limpieza (seiso); limpieza estandarizada (seiketsu) y disciplina (shitsuke).




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Autor: Eden Valera
El Universal

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