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Cinco consejos para canalizar productivamente tu rabia

La psicología positiva está de moda actualmente e Internet está lleno de consejos para empresarios sobre cómo ser más conscientes, mejorar su estado de ánimo y sentirse más tranquilo y centrado. 

En un contexto tan agitado como el actual, este interés en las emociones positivas toma más sentido que nunca. Sin embargo, según los autores de un nuevo libro titulado "The Upside of Your Darkside, good vibes (pleasant and important as they are)" esta es solo una parte de la historia. 

Para tener éxito y canalizar no sólo sus emociones más agradables y más alegres, sino aceptar y aprender a trabajar, también, de manera constructiva con sus emociones más oscuras, más negativas. Según un reciente artículo de Todd Kashdan y Robert Biswas-Diener, autores del Greater Good Science Center de la Universidad de Berkeley, "enfadarse provoca que la creatividad y la eficacia aumenten, de manera que dar vía libre a la ira puede incluso llevar a una negociación de lo más exitosa".

Pero... ¿cómo gestionar nuestra ira de manera saludable? Kashdan y Biswas-Diener nos dan algunos consejos. 

1. Valora y decide si vale la pena expresar esa rabia. El hecho de expresar el enojo puede ser beneficioso, lo que no significa que siempre vaya a serlo. Hay un montón de situaciones en las que mostrar a los demás lo molestos que estamos no va a hacerle ningún bien a nadie. 

2. Anticipa o advierte a los demás aquello que te molesta o disgusta. La ira puede dar un plus de energía y transmitir la urgencia de algo, pero también puede mermar nuestra capacidad de comunicarnos de manera clara. Una forma de aprovechar los beneficios de la ira y evitar sus riesgos es anticipar posibles problemas.

3. Reduce el ritmo. Todos conocemos los beneficios de detenerse y reflexionar cuidadosamente antes de tomar una decisión, por lo que también cabe frenar la impulsividad a la que nos lleva el enfado. Kashdan y Biswas-Diener emplazan a "darnos permiso a nosotros mismos, cuando nos sintamos desairados, para tomarnos unos minutos, incluso si hay alguien que depende de nuestra respuesta. De hecho, es incluso recomendable hacerle saber a esa otra persona que estamos retrasando intencionadamente nuestra decisión."

4. Vigila y corrige tu rumbo. Antes de entrar en una conversación o negociación, uno tiene que hacerse su propia composición de lugar para saber cuál es el punto de partida. A medida que el debate avanza, también debe vigilar cómo está afectando sus emociones y qué efecto está teniendo su enfoque en la otra persona. "Preguntarse constantemente sugieren los autores si mi ira está ayudando a la situación o, por el contrario, la está perjudicando." 

5. Permanece dentro de tu zona de confort y tus límites habituales de velocidad. De la misma manera que tomar decisiones a la ligera puede ser contraproducente, mostrar demasiada rabia también lo es. 


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Información publicada en: http://www.equiposytalento.com/

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