Estamos de acuerdo: la situación del mercado laboral no nos está poniendo fácil acceder a los puestos de trabajo que más nos interesan. Sin embargo, tampoco es recomendable apuntarse indiscriminadamente a la primera oferta que veamos, ya que estaríamos perdiendo el tiempo (y haciéndoselo perder a los seleccionadores). Ahora bien, ¿cómo saber si una oferta realmente te interesa?
Aunque ser selectivo con las oportunidades de empleo se ha convertido prácticamente en un lujo, lo cierto es que no todas responden a nuestras expectativas, del mismo modo que nuestro perfil profesional no se adecúa a cualquier puesto de trabajo.
Para saber si realmente vale la pena optar a una determinada vacante, aquí te dejamos los puntos de referencia que no tienes que perder de vista a la hora de inscribirte —o no— en un proceso de selección.
Puntos de referencia: lo que debes valorar en una oferta de empleo
Posibilidades de promoción. ¿La firma en cuestión te ayudaría a crecer en el terreno laboral? ¿O de conseguir un ascenso a corto o medio plazo? ¿Se trataría de una ocupación temporal o estable?
Salario. Aunque nadie lo admitirá abiertamente en una entrevista de trabajo, éste es, sin duda, uno de los alicientes más poderosos a la hora de plantearnos cambiar de empresa. De todos modos, es también uno de los más engañosos. De ahí que debas valorar si unos cuantos bolivares de más en la nómina te compensan por un ambiente laboral peor o unas responsabilidades más tediosas.
Movilidad. ¿Estarías dispuesto/a a cambiar tu lugar de residencia o, incluso, trasladarte al extranjero? Y lo más importante: en caso afirmativo: ¿podrías hacerlo? Llegados a este punto, debes valorar si tienes cargas familiares o de otro tipo que te impidan dar el paso.
Riesgo. Buscar empleo también implica leer entre líneas. Y es que la famosa etiqueta de “empresa joven y dinámica” no esconde otra cosa que una empresa de nueva creación. Aunque la regla no siempre se cumple, una start-up no suele ofrecer la misma solvencia o seguridad al trabajador que una gran empresa con varias décadas en el mercado. Sin embargo, no hay que perder de vista que la crisis económica también ha abocado a muchas multinacionales a situaciones límite.
Horarios. Hay que trabajar para vivir, y no a la inversa. Aunque éste no es uno de los factores clave cuando buscamos un trabajo, no está de más valorar si nuestras futuras responsabilidad profesionales nos obligarán a renunciar a nuestro tiempo de ocio. Asimismo, hay que tener en cuenta si, en caso de necesidad, podríamos acogernos a una jornada laboral reducida.
Situación geográfica del lugar de trabajo. Aunque se trata de otro aspecto secundario, hay que plantearse qué nos supone (en términos de tiempo y dinero) desplazarnos diariamente a trabajar. Y lo que es más importante: ¿está en nuestras manos?
Perspectivas de la empresa. ¿La compañía en la que aspiramos a entrar tiene perspectivas de crecimiento? ¿Y de abrirse a los mercados internacionales?
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Información publicada en: http://www.quecursar.com/
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