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La entrevista de trabajo: gestos que hablan de ti

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A la hora de afrontar una entrevista personal, no sólo entran en juego tu formación, tu experiencia laboral o los conocimientos que tengas de la empresa para la que deseas trabajar: tampoco debes perder de vista algo que podría echar a perder tus posibilidades.

Hablamos, como no podía ser de otro modo, de la postura corporal y los gestos. Aunque puede parecer un detalle sin la menor importancia, lo cierto es que el lenguaje no verbal es el que tiene más peso dentro del proceso de comunicación, según el psicólogo y profesor emérito de la Universidad de California Albert Mehrabian.

En este sentido, no hay que perder de vista que, antes de empezar a hablar con el entrevistador, ésta ya dispone de un buen número de informaciones que, involuntariamente, transmitimos a través del cuerpo y de nuestra indumentaria. De ahí la importancia de cuidar al máximo de este aspecto. Si intentamos transmitir autoconfianza, cordialidad, interés y respeto a través de nuestras palabras, no podemos dejar que nuestros gestos nos contradigan.

Y para ello, no hay que esperar a tener una entrevista a la vista para mejorar este aspecto y acostumbrarnos a controlarlo.

Una de las cuestiones que no hay que descuidar es la mirada. Es importantísimo mantener siempre el contacto visual con el seleccionador. De lo contrario, éste podría interpretar que no te interesa la conversación, que tiendes a distraerte o que, sencillamente, le estás mintiendo u ocultando información. 

De todos modos, tampoco hay que excederse: una mirada demasiado directa o agresiva podría hacer que el interlocutor se sienta incómodo. Para evitarlo, una buena opción es concentrar tu atención en otros puntos de la cara de forma esporádica, como la nariz, el entrecejo o la boca.

Otro aspecto al que debemos prestar atención son las cejas: si las tenemos demasiado fruncidas, podríamos transmitir enfado o confusión, y si están elevadas, incredulidad. Lo mismo ocurre con la sonrisa: procura que sea lo más natural posible y evita por todos los medios la risa mecánica o forzada.

Las manos son otro peso pesado que no debes pasar por alto. Lo ideal es tenerlas siempre a la vista del entrevistador (ya sea entrelazadas o apoyadas sobre la mesa) y mostrar de vez en cuando las palmas. Aunque el hábito de acompañar nuestras manos con una gesticulación excesiva es frecuente en algunos países del sur de Europa , hay que procurar no exagerar, ya que eso podría distraer a nuestro interlocutor. Y por supuesto, debes evitar juguetear con anillos, bolígrafos o cualquier otro objeto que tengamos a mano, con el fin de no transmitir nerviosismo.

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1 comentario:

  1. Nada mejor que encontrar el blog Buscar trabajo en España
    que nos ayude a compartir diversos aspectos y temas que amamos.

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