Rendimiento laboral

 Comenzamos el día con la mejor de las intenciones, dispuestos a adelantar ese informe que empezamos hace un par de días. Pero al final de la jornada nos damos cuenta de que apenas avanzamos algo. Así, nos vemos obligados a llegar más temprano a la oficina, quedarnos hasta tarde o trabajar varios fines de semana. Entre la falta de organización personal, descansos largos, correos electrónicos, mensajes de texto y la creciente adicción a las redes sociales perdemos un tiempo precioso que nos aleja de lo importante para el trabajo y ello afecta negativamente nuestro rendimiento.

Planifique el día
Algunas actividades en el trabajo necesitan realizarse diariamente, aunque siempre están surgiendo cosas nuevas que hacer. Es importante saber organizarlas y dar prioridad a las que tengan mayor urgencia. El simple hecho de anotar cuáles son las tareas del día le permitirá ahorrar tiempo y, por ende, trabajar con más dedicación. Al realizar la lista de prioridades antes de que salga de oficina el día anterior, podrá comenzar a trabajar sin demora.

En la oficina se requiere mobiliario ergonómico y bajos niveles de ruido

Fíjese metas de tiempo
Cuando creemos que tenemos el tiempo para hacer un trabajo, es muy fácil darle largas o dejarlo para otro día. Si nos fijamos límites de tiempo realistas rendiremos muchísimo más en la oficina.

Comprométase consigo mismo y haga un esfuerzo por trabajar por bloques de tiempo de 30, 60 o incluso 90 minutos ininterrumpidamente. Cierre la puerta e ignore el celular y el correo electrónico. Así podrá concentrar toda la atención en la tarea que está realizando. Es probable que usted sea más productivo a determinadas horas del día; muchas personas prefieren las primeras horas de la mañana. Planifique el día y las actividades laborales más importantes en torno a él y aproveche ese tiempo al máximo.

Trabajará con mayor concentración y eficiencia y, por lo tanto, podrá realizar un trabajo en mucho menos tiempo del que tardaría haciéndolo a cualquier otra hora del día.

Limite las distracciones
Cuando estamos realizando un trabajo importante y nos distraemos por cualquier motivo, podemos tardar hasta 20 minutos en retomar la tarea con plena concentración. Si eso nos sucede tres veces al día, estamos hablando de una hora menos de productividad laboral.

Si interfiere en el flujo normal de su trabajo, no es necesario estar chequeando el correo electrónico personal constantemente, ni mucho menos estar revisando las actualizaciones del perfil de las decenas de amigos que tiene en Facebook o de los contactos del BlackBerry o los comentarios más recientes que tuitearon sus seguidores.

¿Sabe cuánto tiempo pasa conectado a las redes sociales diariamente? No permita que estas distracciones consuman el tiempo que debe dedicarle al trabajo. Más bien deje para revisarlas a la hora del almuerzo o cuando regrese a la casa en la noche.

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Servio Viloria
Especial para El Universal

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