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Cosas de las que deberías deshacerte y siguen en tu escritorio

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Teniendo en cuenta la cantidad de horas que pasamos en el trabajo, la oficina es casi nuestro segundo hogar, y en el peor de los casos, el primero. Por eso es igual de importante que en cada evitar que reine el desorden, y para ello, hay que dedicar unos minutos a deshacerse de todas esas cosas acumuladas que no solo no aportan ningún valor, sino que además te distraen de tus objetivos. Estas son algunas de las cosas, según The Huffingfton Post, que deberían desaparecer con más urgencia.

La lista de cosas para hacer ayer. Nada más deprimente que llegar y ver una lista que nos recuerde que no avanzamos prácticamente porque nos engulle el día a día. Es preferible no poner fecha en las listas e intentar ir tachando ítems sin desfallecer en el intento.


Post-it de eventos pasados. El exceso de post-it hace que pierdan su efecto y dejen de destacar los que realmente te recuerdan algo importante, especialmente si mantienes los de reuniones pasadas o tareas ya realizadas. Haz limpieza de vez en cuando.

Material de oficina que nunca utilizarás (y lo sabes) Pongamos que normalmente utilizas un par de bolígrafos y papel en blanco. De vez en cuando algún clip y también la grapadora. Bien. Pero ¿qué hace esa familia de ligas, de distintas medidas, colores y sobretodo, antigüedad? 

Bolígrafos que no pintan. En cada mesa hay una colección de bolígrafos sin tinta y otros instrumentos que antaño fueron de escritura pero que cada vez que lo usamos volvemos a dejar substituyéndolos por uno de sus compañeros. La próxima vez que eso pase: directo a la papelera. 

Cables que no sabes para que sirven. Un día que veas al informático distraído, regálale ese conjunto de cables que para ti no tienen ninguna utilidad, porque no sabes ni para qué sirven. Que él, con su criterio profesional, decide cuales mantiene y cuales tira, pero échalos de tu escritorio porque jamás tendrán utilidad para ti.

Recibos de gastos personales. No quieres tirarlo por si vas a devolverlo y aún te lo estás pensando, vale, pero guarda el tique en la cartera o en todo caso en casa. No solo te ensucian en el trabajo, sino que si decides devolverlo, no tendrás el recibo a mano. 

Tarjetas de visita que no recuerdas. Dedica un rato de un día relativamente tranquilo a hacer limpieza de las tarjetas de visita. Si ves a alguien que ni siquiera reconoces, ¿cómo vas a querer utilizarlo algún día? Además, te dificulta la búsqueda de aquellos que si reconoces y necesitas en un momento determinado. 

Tazas sucias. La línea entre el desorden y la suciedad es muy fina. Esa taza que has ido descuidando de ese café del jueves pasado empieza a dar mucho asco. Dedica un minuto a no dar grima a los demás y límpiala en lavaplatos, lo que además, te permitirá tomarte otro café en un futuro. 

Cubiertos de plástico. Hace dos semanas fue el cumpleaños de una de las compañeras de la oficina y trajo un pastel casero, delicioso. Entonces conseguiste unos cubiertos de plástico y los sobrantes siguen en tu cajón. Teniendo en cuenta que la próxima vez que esto pase lo más probable es que consigas otros nuevos, tira estos.

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Información publicada en: http://www.equiposytalento.com/

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