Aprender a decir que no es difícil, sobre todo si te gusta ayudar a los demás. La diferencia entre la gente de éxito y la gente de mucho éxito es que estos últimos dicen que no a la mayoría de las cosas.
Hay investigaciones que demuestran que decir que no nos puede hacer parecer más fríos y egoístas. Por el contrario, el riesgo a decir que sí a demasiadas cosas en el trabajo abre puertas a que te pidan muchas más y acabes con sobrecarga de tareas adicionales que te alejan de tus objetivos.
1. Tengo demasiada carga de trabajo, más adelante
Una forma de decir que no es exponer que tienes demasiada carga de trabajo, pero que esperas tener más flexibilidad en los próximos meses. Este filtro inicial hace que sólo los que realmente son persistentes vuelvan a retomar el tema más adelante. El riesgo de esto es que al final puedas acabar ayudando siempre a los más exigentes y perder a los que son demasiado respetuosos con tu tiempo como para molestarte.
2. No estoy cualificado para hacer lo que me pides
Cuando veas que hay peticiones que no encajan con tu área de expertise es importante detectarlo a tiempo y decir que no estás cualificado para hacer lo que te piden. Para suavizar el no y ofrecer un mínimo de ayuda, puedes remitirles algunos documentos o información de interés que puedas tener sobre ese tema o similar.
3. No es mi área pero conozco a alguien que puede ayudarte
Si ves que no puedes ayudar en la petición que te hacen, puedes recomendar a alguien que sí pueda hacerlo y remitirles la referencia o el contacto. Si hace falta, puedes ponerlos en contacto directamente, aunque primero es recomendable que compruebes si tu referencia estaría interesada en esta petición.
4. Si te ayudo, dejaré de lado a otros
Una manera efectiva de decir que no sin dañar tu reputación es explicar que aceptar esta nueva tarea implicaría tener que dejar de lado otras tareas a las que ya te has comprometido con otros compañeros de trabajo. De esta manera pones el foco en la responsabilidad y compromisos previos y es más fácil que la otra persona lo comprenda y no se enfade.
5. Una oportunidad para aprender
Es posible que en algunos casos puntuales haya alguien a quien a pesar de decirle que no, siga insistiendo. En casos así puedes experimentar con nuevas maneras de decir que no, como por ejemplo que uno de tus objetivos este año es aprender a decir que no y esta insistencia es una buena práctica para ti. Si te atreves a dar una respuesta así, seguramente la persona dejará de insistir, aunque este tipo de respuesta no es recomendable porque es probable que perjudique tu reputación. Si no quieres arriesgarte, es mejor buscar otra solución creativa que apele a la empatía de la otra persona, ya que de este modo será más fácil que lo comprenda.
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