Las mentiras más habituales en los currículos

Añadir una experiencia ficticia, decir que se tiene una titulación pese a abandonar los estudios, o que  se posee un nivel medio-alto de un idioma cuando ni siquiera se sabe cómo pedir la hora.

Los expertos en recursos humanos están acostumbrados a esta situación, que se da en 3 de cada 4 currículos presentados. El hecho de que el 76% de las empresas que detectan el engaño descarten los perfiles falseados no resulta un impedimento para que esta técnica esté al orden del día

Además, no hay que perder de vista que esta práctica, aunque puede ayudarnos a superar la primera cita del proceso de selección, se nos puede girar en contra durante la entrevista personal.

Y es que, como dice el refrán, las mentiras tienen las patas cortas, y un reclutador no tardará en percatarse de que hay fechas que no cuadran o que el aspirante no domina el sector que asegura conocer.

Por eso, es recomendable ajustar el contenido de nuestro curriculum a nuestra vidal laboral. A continuación, aquí te indicamos las mentiras más recurrentes.

1. Idiomas. Es uno de los clásicos, ya que el nivel medio o medio-alto es un dato que se incluye por defecto (sobre todo, si se trata del inglés). De todos modos, una sencilla pregunta en la lengua en cuestión puede servir para dejarnos en evidencia.

2. Titulación. Otra de las mentiras más frecuentes. Conviene evitar esta práctica, porque nuestra aventura en el proceso de selección acabará cuando la empresa nos pida que le mostremos el título que afirmamos tener.

3. Conocimientos de informática. Saber rellenar un documento de Excel no implica que dominemos las hojas de cálculo. A su vez, recortar imágenes con Photoshop no significa que seamos ilustradores. Piensa que si te someten a una prueba práctica estos argumentos caerán por su propio peso.

4. Hinchar la experiencia profesional. No por decir que hemos pasado por muchas compañías tenemos más números para que la empresa nos contrate. Incluso, puede ser contraproducente, si el responsable de recursos humanos decide contactar con alguna de las empresas para comprobar si es cierto que pasamos por allí.

5. Exagerar nuestras responsabilidades. Decir que se hemos sido responsables de un departamento en el que sólo estábamos nosotros está muy bien, pero quedaremos en evidencia si nos preguntan por las personas que hemos tenido a nuestro cargo.

Lo mismo ocurre si hemos realizado alguna acción puntual ajena a nuestras funciones, como recomendar a un familiar e indicar que hemos gestionado un proceso de selección.

6. Autoempleo para disimular períodos de desempleo. Aunque es un recurso habitual, los seleccionadores ya conocen esta estrategia. Si no es cierto, es preferible decir que hemos aprovechado el desempleo para formarnos.

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Información publicada en: http://www.quecursar.com

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