Las compañías deberían vincular la productividad con un mayor desarrollo de capacidades y trabajo en proyectos que ayudarán a la empresa a tener una ventaja o un diferencial sobre sus competidores.
Otro error común es vincular este concepto a un periodo de tiempo y cierta cantidad de trabajo, es decir que el personal labore largas jornadas.
Un empleado dé más valor a su trabajo no depende de estar horas en un proyecto, si no de que cumpla mejor sus tareas, y se enfoque en lo que realmente otorgará un extra a la compañía.
"Una buena prueba de que se es productivo es responder a la pregunta ¿entrego más valor que mi competidor?, ¿de qué manera?, ¿por qué me prefieren?, ¿mi trabajo se enfoca a aquello que me hará diferente?".
Con pensar por ser más productivo, implica lograr una vinculación entre desempeño y resultados con fechas para entregas. La compensación por una entrega sobresaliente debe convertirse en una política sostenida; que no fluctúe entre un año se da y al otro se elimina.
Las ideas que generan cambios fuertes en la empresa proceden del empleado, porque es quien está cerca de los procesos y puede transformarlos, lo que no sucede con la tecnología.
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Información publicada en: http://www.cnnexpansion.com
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