Cuando una empresa tiene una vacante que cubrir y tiene abierto un proceso de selección además de la información aportada por el candidato en su currículo vitae tiene varias opciones más para completar el perfil del usuario. Una de ellas son las redes sociales, que son utilizadas por cuatro de cada cinco empresas a la hora de contratar personal.
Y no solo se trata de redes sociales profesionales, como el caso de Linkedin, sino que sobre todo se revisan otros aspectos en redes de perfil más general como Facebook, Twitter o Google +, donde los usuarios pueden ofrecer información sobre como se relacionan con los demás, si son o no adecuados para realizar tareas en grupo, etc.
¿Y es complicado obtener esta información? Pues la verdad es que para la mayoría de los perfiles es relativamente fácil, puesto que basta con realizar una búsqueda por nombre en cualquier buscador para obtener una serie de datos que pueden ser relevantes para el desempeño del puesto de trabajo que estamos ofertando.
De esta forma además de las aptitudes profesionales y su capacidad vamos a tener una visión más completa del candidato. De todas formas tenemos que situar cada cosas en su contextos. Las redes sociales tienen un componente lúdico y festivo en el que la tendencia es compartir los momentos de ocio, no cuando estamos en el trabajo, por ejemplo.
Para los candidatos a un puesto de trabajo no está de más darse una vuelta para ver que información nuestra es accesible en la red. Tal vez haya algo que no sabíamos que compartíamos o simplemente alguna opción de privacidad mal configurada que no queremos compartir con la empresa.
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