Oficinas funcionales

Muchas personas pasan la mayor parte del día trabajando encerradas en una oficina, sin las condiciones de ambiente y espacio idóneas que les permitan desempeñar sus funciones al máximo de sus capacidades. 

El ruido, la iluminación, el aire, el mobiliario e incluso los colores de la decoración influyen en su estado de ánimo y salud y, por ende, en su rendimiento.

Al crear un espacio de trabajo profesional, cómodo y funcional, además de proyectar la imagen corporativa que desea a los clientes, ayudará a mejorar la productividad de las personas que trabajan en él.

Ruidos molestos 

Son factores que más afectan negativamente el desempeño. Aunque la idea no es convertir la oficina en una "biblioteca pública", hay tareas que requieren un alto grado de concentración. Aparte del ruido procedente del exterior, en una oficina se generan sonidos molestos como el caminar constante y las conversaciones y risas de la gente, los equipos de oficina en funcionamiento, el tecleo incesante en las computadoras y, por si fuera poco, la infinidad de tonos de teléfonos celulares repicando casi todos al mismo tiempo.

Ambiente productivo

A fin de que los empleados puedan trabajar sin distraerse se pueden tomar medidas para disminuir el ruido. Los pisos de cerámica o madera amplifican exponencialmente algunos sonidos.

Mantener el lugar de trabajo ordenado ayuda a optimizar el flujo de actividades 

El hecho de colocar alfombras no sólo atenuará los ruidos molestos, sino que también reducirá al mínimo el impacto de las personas al caminar. Debido al sonido que emite el CPU de las computadoras, conviene colocarlos debajo de los escritorios de trabajo, e instalar impresoras, fotocopiadoras, trituradoras de papel y faxes separados del área de trabajo.

Si bien no se puede trabajar inmerso en un silencio sepulcral, las chácharas largas y seguidas deben reservarse a las zonas de descanso.

Y por respeto a los compañeros, se debe bajar el volumen de repique a los celulares.

Aire fresco y luz natural

Quienes laboran en un ambiente iluminado y ventilado adecuadamente trabajan más rápido y cometen menos errores.

A menos que el ruido procedente del exterior lo impida, es vital para la salud de todos abrir las ventanas o disponer los escritorios cerca de ellas.

La luz del sol y el aire fresco favorecen el buen humor y ayudan a prevenir problemas como cansancio de los ojos, dolor de cabeza, fatiga e incluso afecciones respiratorias. Sin embargo, hay que evitar que la luz se refleje directamente en las pantallas de las computadoras.

Influencia del color 

Los colores también afectan el estado de ánimo de los empleados y, por tanto, su rendimiento.

Los tonos más suaves de colores como azul, verde y púrpura son indicados para las áreas de trabajo donde se requiere mucha concentración.

En cambio, los de amarillo, naranja y rojo fomentan la creatividad. El esquema de colores adecuados no sólo debe aplicarse a las paredes sino también al techo, el mobiliario y los cuadros.

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Autor: Servio Viloria

El Universal

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