El estrés de los tiempos actuales, la interminable lista de responsabilidades diarias, la posible falta de personal en algunas áreas de la organización que hace que se duplique el trabajo pueden ser utilizados como excusas para la falta de creatividad. Sin embargo, siempre se pueden aportar nuevas ideas para la realización del trabajo. Tan solo con estimular el pensamiento creativo se pueden obtener interesantes resultados.
Definitivamente, cada individuo puede aportar ideas nuevas en su área de trabajo, independientemente del escalón que ocupe en el organigrama. Todo ser pensante tiene ingenio, puede sacar el mayor provecho de su potencial para alcanzar un mayor rendimiento de sus propios recursos. ¿Que algunas ideas serán más bien sencillas y otras brillantes y contundentes? Esa es la dinámica, pues todas se complementan para lograr un fin común.
Eso sí, el trabajador necesita creer en su potencial, en sus habilidades y también reconocer en qué áreas requiere refuerzo o formación. Puede tomar un curso o taller, acudir a seminarios de creatividad, autoestima, comunicación asertiva y liderazgo, para obtener las herramientas que necesita.
Ciertamente, existen áreas dentro de las organizaciones que pueden ser consideradas menos creativas que otras, como finanzas, contabilidad, departamento técnico, administración, departamento jurídico.
Se pueden tomar cursos y talleres para optimizar el rendimiento
Pero siempre pueden surgir ideas acerca de cómo incrementar la eficiencia en cada departamento, mejorar el ambiente laboral y las relaciones entre compañeros, entre otros aspectos.
Lo importante es no dejarse absorber por la rutina, las "urgencias" diarias y los esquemas preestablecidos que se convierten en un freno que virtualmente anulan la capacidad creativa.
De parte de la empresa también se requiere una actitud receptiva a las propuestas de los trabajadores, por sencillas que sean.
De la combinación de varias ideas pueden surgir verdaderas soluciones a problemas de vieja data, situaciones coyunturales del momento.
La organización debe ser receptiva, escuchar, considerar cada idea en las juntas y reuniones, nunca perder la curiosidad del porqué de cada planteamiento de los compañeros y subalternos.
La creatividad va de la mano con la innovación. Ambas son la llave del éxito en todos los aspectos de la vida: relaciones humanas, estudios, trabajo.
Ser creativo poco tiene que ver con la edad, la profesión u ocupación, experiencia, inteligencia. De hecho, especialistas en crecimiento profesional consideran que la creatividad surge cuando se tienen las aptitudes y actitudes necesarias. Es decir, la capacidad y voluntad para lograr algo. Un creativo demuestra tenacidad, constancia, entusiasmo, confianza en sí mismo y en sus compañeros de trabajo.
¿De qué manera la empresa puede apoyar el desarrollo del talento? Brindando al personal un ambiente laboral en el que se sientan a gusto y puedan pensar con tranquilidad. También, asignando las tareas a la persona adecuada, fomentando la motivación y la formación, así como el uso de las tecnologías.
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EL UNIVERSAL
Autor: Marilin Pino
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