Aprovechar cada minuto puede ser la clave para alcanzar las metas tanto individuales como corporativas. Para ser eficiente y efectivo es preciso trazarse planes de trabajo que permitan exprimir al máximo cada capacidad o habilidad. En el ámbito laboral, hacer un uso eficiente del tiempo es vital para cumplir con todas las tareas asignadas. De la amplia lista, hay obligaciones más importantes o que requieren atención inmediata, y otras que no tienen la misma premura. En todo caso, para saber cómo enfrentarlas y diferenciarlas es preciso tener un profundo conocimiento del área a desempeñar y compromiso con la organización.
Ciertamente, es primordial evitar la dispersión; distraerse de las tareas de la oficina, por ejemplo con llamadas telefónicas o correos personales. No se trata de mantenerse aislado de los seres queridos sino de establecer momentos específicos -como la hora del almuerzo- para hablar con ellos, a excepción de los imprevistos y emergencias.
Ser eficiente es ocuparse de lo que debe ser hecho en el tiempo requerido. Es la diferencia entre los ganadores y los perdedores; aunque otros podrían hablar de productivos y perezosos.
Establecer prioridades en la rutina diaria permite aumentar el rendimiento
Organizar la agenda
Entre los consejos para el manejo más eficiente del tiempo está hacer una lista de las actividades para el día siguiente al final de cada jornada. Puede hacerlo en papel o la agenda del computador.
En orden descendente, anotará del 1 al dígito que haga falta las obligaciones del día siguiente. Así, al llegar, podrá recordar las prioridades. No hay que sentir temor por creer que no podrá con todo, ya que la lista puede ser de 6 o 20 items.
La diferencia estaría en el hecho de tener demasiadas cosas pendientes, pues el tiempo le será corto. En todo caso, recuerde que no hay satisfacción sin pequeños sacrificios. Para cumplir con los pendientes, tome solo unos minutos del almuerzo para hacerlos.
En breve estará al día y le gustará esa sensación que da la eficiencia.
Concentrarse
Mantenerse enfocado en las obligaciones del día es la clave para no desperdiciar el tiempo. Aunque hay momentos de flexibilidad, porque se festeja el cumpleaños o el ascenso de un compañero, son breves minutos que permiten despejar la mente para retomar las actividades. Lo realmente importante es esforzarse por cumplir con la lista de items diarios en su agenda, de manera que no requiera de más tiempo para realizarlos (como su hora de almuerzo o después de la salida).
En toda organización, el rendimiento es monitoreado por los jefes directos o personal asignado para ello. Si al aplicar los métodos de evaluación para la promoción del personal el rendimiento no es el esperado, el trabajador posiblemente no obtendrá una promoción o incremento salarial.
Sin embargo, no hay que entrar en pánico sino establecer un plan de trabajo que le permita cumplir con las demandas del cargo al que ha sido asignado. Incluso, puede tomar cursos sabatinos para fortalecer las áreas en las que sienta que está fallando. Esto ayudará a incrementar su rendimiento.
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EL UNIVERSAL
Autor: Marilin Pino
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