La valoración que cada persona tiene de sí misma corresponde a su autoestima. Puede ser positiva o negativa, según la forma como la propia persona se vea: como un triunfador, capaz de enfrentar los problemas y seguir adelante o como un perdedor, incapaz de salir adelante. En la construcción de la autoestima influyen todas las experiencias vividas y la actitud asumida ante ellas.
La persona con una autoestima positiva experimenta satisfacción consigo misma, se acepta como es -con sus defectos y virtudes-, valora sus habilidades y busca reforzar aquellos aspectos en los que no está tan fortalecido. Asimismo, aprecia su potencial, está consciente de su desarrollo tanto en el ámbito personal como el profesional. Por otro lado, esta persona tiene la capacidad de apreciar y aceptar a los demás tal cual son. Esto le permite establecer excelentes relaciones interpersonales, con una comunicación clara, directa y saludable.
Una actitud positiva y apertura al cambio son esenciales para triunfar
Quienes tienen una autoestima alta están conscientes de sus limitaciones pero no las consideran un obstáculo para continuar la búsqueda del éxito, pues están listos para asumir riesgos, enfrentar las frustraciones como un desafío para aprender y crecer.
Estas personas tienen la capacidad de analizar, escuchar, apreciar los diversos factores que intervienen en una situación y tomar la decisión más acertada. De allí que pueden llegar a ser excelentes líderes.
Confianza en sí mismo, eficacia, dignidad, sentido de responsabilidad, conciencia de los derechos propios, madurez, amor propio, son aspectos importantes en la formación de la autoestima positiva. Las personas de autoestima positiva valoran el respeto, la amistad, los sueños y las aspiraciones propias y las de quienes les rodean.
Actitud ante el cambio
El mundo laboral está en una constante transformación que afecta a las empresas y a su personal.
Fusiones corporativas, nuevas modalidades de contratación, avances tecnológicos, despidos, reestructuraciones, son parte de la realidad que vive el mundo actualmente.
Para afrontar estos nuevos escenarios y los retos es preciso afrontarlos como oportunidades, desafíos, con un enfoque positivo de la situación.
¿Cómo? Es preciso creer en sí mismo, ser perseverante, continuar la formación en el área de conocimiento de cada uno (tomando cursos, talleres, seminarios, postgrados).
En los casos de autoestima negativa frente al cambio, el resultado es la incertidumbre, sensación de incapacidad para resolver los problemas, fracaso, disconformidad.
Sin duda, para alcanzar el éxito es necesario que la persona desarrolle una autovaloración positiva que le permita seleccionar dentro de las críticas -positivas y negativas- aquellas que considere asertivas, útiles, de las que pueda nutrirse. Por otro lado, es importante aprender de los errores, buscando no repetirlos. Solo así podrá mantenerse en el camino de la perfección, de la excelencia y logrará las metas que se fije en el ámbito personal y también en el profesional.
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