No dejarse llevar por la ira o el desconcierto, no descargar la propia frustración contra la empresa o los compañeros, informarse acerca de los pasos administrativos que hay que seguir, empezar a buscar un nuevo empleo... ¿Sabes que hacer frente a un despido?
A pesar de que en algunos casos esta situación puede ser prevista o intuida por el profesional, no por ello resulta menos traumática o desagradable. Al mazazo emocional e incluso económico que conlleva perder el empleo, se añade un período de incertidumbre e intenso trabajo, pero que también será portador de nuevos retos y metas laborales.
A pesar de que en algunos casos esta situación puede ser prevista o intuida por el profesional, no por ello resulta menos traumática o desagradable. Al mazazo emocional e incluso económico que conlleva perder el empleo, se añade un período de incertidumbre e intenso trabajo, pero que también será portador de nuevos retos y metas laborales.
Para sacar el máximo partido a las oportunidades que nos brinda y acceder otra vez al mundo empresarial, resulta imprescindible sobreponerse y afrontar esta etapa con energías renovadas. Y para ello, no nos queda otro remedio que aparcar lo antes posible las malas sensaciones asociadas al despido. En este sentido, las 24 horas posteriores a la mala noticia son de vital importancia.
En primer lugar, es fundamental mantener el temple y la cabeza fría a la hora de exponer a nuestros jefes y compañeros cuáles son las circunstancias que han motivado el despido. Sobre todo, no hay que recurrir a las descalificaciones, los insultos o las reacciones airadas: el mundo es un pañuelo, y no sabemos si los que hasta ahora han sido nuestros colegas volverán a serlo en el futuro. Además, una salida de tono puede cerrarnos las puertas a posibles recomendaciones para otros trabajos, o bien a posibles colaboraciones con ésta u otras empresas.
Una vez firmado el finiquito y recogidas las pertenencias personales del lugar de trabajo, se aconseja tomarse el resto de la jornada libre y compartir con la familia y las amistades lo ocurrido, aunque sin convertirlo en un drama. En primer lugar, es fundamental mantener el temple y la cabeza fría a la hora de exponer a nuestros jefes y compañeros cuáles son las circunstancias que han motivado el despido. Sobre todo, no hay que recurrir a las descalificaciones, los insultos o las reacciones airadas: el mundo es un pañuelo, y no sabemos si los que hasta ahora han sido nuestros colegas volverán a serlo en el futuro. Además, una salida de tono puede cerrarnos las puertas a posibles recomendaciones para otros trabajos, o bien a posibles colaboraciones con ésta u otras empresas.
No obstante, al día siguiente conviene ponerse manos a la obra para tramitar cuanto antes la prestación de desempleo, si procede no hay que olvidar que sólo se dispone para ello de un número de días limitad y diseñar una estrategia para buscar trabajo.
Es importante no olvidar los riesgos que puede comportar centrarse en el mismo sector de la empresa que nos despidió: si nuestro cese obedeció a un contexto económico difícil, es posible que nos encontremos con una situación similar en otra firma que desempeñe una actividad similar.
Es importante no olvidar los riesgos que puede comportar centrarse en el mismo sector de la empresa que nos despidió: si nuestro cese obedeció a un contexto económico difícil, es posible que nos encontremos con una situación similar en otra firma que desempeñe una actividad similar.
Para evitar este escenario, resulta indispensable que el profesional se plantee si necesita reorientar su carrera laboral hacia otros ámbitos con mayor proyección y opciones de futuro. Si es así, optar por cursos de especialización, formación profesional o programas de posgrado puede ayudarle a conseguir una preparación que satisfaga las necesidades reales de las compañías.
Asimismo, también es importante que empiece a pensar en actualizar nuestra formación. De hecho, aunque contemos con una gran preparación, es posible que aquello que adquirimos en su día sea insuficiente para responder a los desafíos que plantea el mundo empresarial. En este sentido, los cursos de reciclaje serán una magnífica ayuda.
Asimismo, también es importante que empiece a pensar en actualizar nuestra formación. De hecho, aunque contemos con una gran preparación, es posible que aquello que adquirimos en su día sea insuficiente para responder a los desafíos que plantea el mundo empresarial. En este sentido, los cursos de reciclaje serán una magnífica ayuda.
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Información publicada en: http://www.quecursar.com
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