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Emprender no sólo es cosa de jóvenes



¿Quién dijo que montar un negocio es patrimonio de los jóvenes? Ya sea por las dificultades a la hora de encontrar trabajo en la actualidad o por la rápida transformación del mercado laboral, lo cierto es que los mayores de 45 años cada vez apuestan más por convertirse en sus propios jefes.


En efecto, los datos actuales tiran por tierra el mito de que el retrato robot del emprendedor responde al de un joven con muchas ganas de emprender y una amplia formación, pero sin experiencia. 

Por el contrario, parece que quienes rondan los 50 años se abren paso con fuerza.

Al menos, esto es lo que se desprende del estudio Global Entrepreneurship Monitor 2011. De acuerdo con este informe, 1 de cada 4 empresas que echaron a andar fueron creadas por mayores de 45 años. Sólo un año antes, la proporción había sido netamente inferior, al situarse en el 19%.
Por otro lado, el creciente protagonismo de estos trabajadores ha incrementado el promedio de edad de los emprendedores, hasta alcanzar los 38 años. Los motivos que explicarían este fenómeno son evidentes. Además de la escasez de oportunidades laborales, tampoco hay que perder de vista la tendencia apuntada por algunos expertos, que auguran un mundo donde no habrá empleos, sino trabajadores autónomos capaces de diseñar ideas con valor añadido. Por este motivo, cada vez es más frecuente que los profesionales senior se establezcan como freelancers, poniendo en marcha negocios de asesoría o management, o bien colaborando con otras empresas, a las que aportan su experiencia.

Otro aspecto que también convierte a los mayores de 45 años en profesionales muy valiosos para las organizaciones es su agenda de contacto, frutos de una experiencia de la que los jóvenes ingenieros, licenciados y diplomados carecen.

Asimismo, no hay que perder de vista a la llamada generación U (inicial del término inglés unretired, no jubilado), formada por profesionales de más de 65 años que deciden seguir en activo.

Sin embargo, independientemente de la edad, a la hora de embarcarse en la creación de un negocio no basta con echarle ganas e ilusión y tener una buena idea. En este sentido, contar con una amplia formación en algunos ámbitos específicos, como la contabilidad o la gestión de recursos humanos, resulta fundamental a la hora de incrementar nuestras posibilidades de éxito. Para adquirir estas competencias, existen cursos de especialización que proporcionan estos y otros conocimientos. Además, algunos se pueden estudiar a distancia, lo que permitirá al emprendedor compaginar su formación con la creación de su empresa.


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Información publicada en: http://www.quecursar.com

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