Cómo administrar tu tiempo y clasificar por relevancia tu trabajo

Encontrar el tiempo para hacer todo lo que debes hacer en un día puede ser difícil si no sabes muy bien cómo clasificar tus tareas por relevancia. Con mucha frecuencia, pasamos bastante tiempo en tareas que tienen un impacto muy pequeño cuando deberíamos usar toda nuestra energía en las tareas que son más valiosas. 

Es posible que a menudo estemos ocupados sin hacer nada realmente y es en este momento cuando el arte de la preparación entra en juego.

Crear tareas y metas que podamos alcanzar puede ayudarnos a administrar nuestro tiempo de una manera mucho más productiva, mientras que clasificar las tareas según su valor e importancia significa que podemos clasificar por relevancia el trabajo de manera eficaz. Ayúdate a organizar tu tiempo y a clasificar tu trabajo por relevancia con esta guía que no tiene precio.

Pasos

1. Establece metas que puedas lograr. 

Es necesario que puedas dividir las tareas del día en metas que puedas lograr y que te den una razón de ser. Ten en cuenta el panorama general, es decir, en qué estás esforzándote. Ten esta meta como una imagen clara y úsala para mantenerte concentrado en el trabajo disponible.

2. Clasifica tus metas por relevancia. 

Determina con anticipación cuál es el uso más valioso de tu tiempo. Evalúa cuán importante es cada tarea para ti al medir su importancia y su valor. Si hay algunos trabajos que tienes que entregar en una fecha límite que ya se está acercando, entonces asegúrate de enfocarte primero en ellos. Asegúrate de darte bastante tiempo para completar cada tarea, para que no te sientas presionado o apurado cuando la realices. Esto quiere decir que debes terminar cada trabajo (que tiene una fecha límite) con bastante anticipación, para tener tiempo de sobra para revisar el trabajo y asegurarte de que todo esté en condiciones normales.

3. Debes ser productivo, pero no debes estar atareado. 

Determinar qué es lo más importante que debes hacer debería reducir la cantidad de tiempo que pasas haciendo malabares para mantenerte ocupado y racionalizar tu productividad. No hay nada peor que tener un día en el que estás tan atareado que no haces nada bien, si es que siquiera hacer algo. Clasificar las tareas y completarlas según su importancia debería reducir esta sensación de pánico de estar ocupado todo el tiempo y, en lugar de ello, permitirte ser lo más productivo posible dentro de un periodo de tiempo determinado.

4. Maneja cualquier cosa que te haga perder el tiempo. 

No hay nada peor que tratar de completar un trabajo y que algo te distraiga, especialmente si es otra persona la que te distrae. Si tu ambiente de trabajo es muy ruidoso, entonces trata de cambiarte a un espacio más tranquilo y más productivo o, si eso no es posible, trata de ponerte tus audífonos. Las interrupciones de otras personas no deben ser una excusa para que no completes tus trabajos. Deja que las personas que te rodean sepan lo que tienes que hacer y cómo pretendes hacerlo, para que no te molesten hasta que lo hayas terminado.

5. Sistema de recompensas. 

Decirle a alguien que deje de molestarte es fácil a comparación de evitar distraerte de tus propios malos hábitos. Aquí es donde tu fuerza de voluntad realmente entra en juego. Es bueno que tomes un descanso en tu trabajo después de algunas horas, pero revisar constantemente las redes sociales o tomar una bebida cada media hora puede ser destructivo para tu progreso en el trabajo. Debes reconocer lo que es útil para ti y lo que no es constructivo; si no necesitas el Internet para el trabajo que vas a realizar, no hay necesidad de que lo uses.

Consejos

Darte una recompensa después de completar cada tarea podría ayudarte a darte una sensación de logro instantánea, ¿pero por qué no construir una sensación de éxito más grande al recompensarte solo después de haber completado todos tus objetivos del día? De esta manera, puedes mantener la visión hacia la que estás trabajando frente a tu mente todo el día y te verás esforzándote más para llegar a donde quieres estar.

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