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Cómo preparar una entrevista de trabajo

Aunque no deja de ser un paso más dentro del proceso de selección, haber sido convocado para una entrevista laboral ya es todo un éxito, y más si tenemos en cuenta la situación del mercado de trabajo. Ahora bien, no basta con presentarse puntualmente a la hora y en el lugar acordado: si quieres salir airoso del trámite, deberás prepararte a conciencia para esta prueba de fuego.

Durante la misma, deberás demostrar que eres el candidato perfecto para la vacante ofertada. Y para ello, no hay que dejar ni el más mínimo detalle en manos de la improvisación. A continuación, te ofrecemos una lista de consejos que tienes que tener muy en cuenta antes del día D. ¡Toma nota!

Ve descansado/a. Nada de salir de fiesta la noche anterior ni de acostarte a las tantas. Definitivamente, no es el día más indicado para lucir ojeras, así que procura dormir las horas que necesites para estar fresco y despierto durante la entrevista.

Ante todo, positividad. Las empresas valoran mucho a los aspirantes proactivos, que transmiten optimismo y energía (y mucho más en los tiempos que corren). El día de la entrevista, no te olvides en casa la mejor de tus sonrisas.

Repasa tu curriculum. Fechas, cursos, titulaciones oficiales, formación complementaria (como los cursos de idiomas), experiencia profesional... Repásalo todo el día anterior para evitar que caigas en contradicciones. Recuerda: improvisar o transmitir inseguridad te puede restar puntos como aspirante.

Si la pregunta es comprometida, no te arrugues. Deberás responder siempre, aunque lo que deseen saber de ti sea delicado. Si no te acabas de sentir cómodo con la pregunta (por tratarse de un tema personal, como el estado civil o el deseo de tener hijos), siempre puedes hacérselo saber al entrevistador, pero mostrándote dispuesto a contestar si es preciso. Si puedes, te aconsejamos que practiques previamente este tipo de cuestiones con un familiar o amigo.

Formación por experiencia. Si tu rodaje en el mundo empresarial es limitado, prepárate para compensar esta carencia explicando tu formación. Un título, prácticas profesionales en empresas… Todas las opciones son válidas. Y si notas que en este aspecto tampoco estás muy boyante, es el momento de ponerle remedio, retomando los libros.

Tú eres el protagonista. Diseña una estrategia para llevar el peso de la conversación: en una entrevista, se espera que el candidato hable durante el 70% del tiempo. Enumera aquellos puntos que quieres explicar y no te dejes ninguno en el tintero.

Prohibidos los monosílabos. Este aspecto está relacionado con el anterior, ya que debes evitar contestar con un lacónico sí o no. En la entrevista, deberás ser locuaz, por lo que debes ensayar las preguntas más frecuentes para no quedarte en blanco. De este modo, demostrarás habilidades comunicativas, que es algo que las empresas siempre valoran.


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Información publicada en: http://www.quecursar.com/

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