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Decisión de mucho peso

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La situación en la oficina puede volverse hostil para los empleados que se sienten desplazados, no tomados en cuenta, vulnerados en sus derechos... como para hacerles pensar en renunciar. Sin embargo, hay aspectos clave a tomar en cuenta antes de dar este paso.

Buenas razones
Cuando se piensa en una salida drástica como la renuncia, surgen preguntas: ¿Lo ha pensado bien? ¿Ha considerado los pro y los contra de quedares cesante? ¿Cuenta ya con otro empleo? Familiares, amigos, y hasta compañeros más cercanos harán la pregunta clave, pero los especialistas enfilan sus antenas hacia la respuesta que pueda darle a su nuevo empleador. Tendrá que decir algo convincente y positivo a su potencial jefe durante la entrevista.

Es importante ser honesto, pero no llegar a ser hostil. Ante todo está la ética personal y profesional. No es decoroso salir diciendo cosas negativas de la empresa que piensa dejar. Ser positivo ayudará a darle vuelta a la situación. Podrá explicar que salir de la antigua empresa le ayudó a prepararse mejor para nuevos retos.
Hay aspectos a considerar antes de meter la carta de renuncia
No irse de las primeras
La búsqueda de un nuevo empleo debe comenzar meses antes de entregar la carta de la renuncia. Para ello, acuda a sus amigos, antiguos jefes, familiares y, la fuente más actualizada: Internet.

Es una búsqueda intensa; hay que comparar posiciones, colgar el CV (actualizado) en distintos sites de empleo, prepararse con algún curso adicional en áreas de su formación que considere débiles o para adquirir conocimientos en el manejo de las nuevas tecnologías.

Antes de renunciar, la búsqueda debe ser intensa, disciplinada, sobre todo en las primeras horas del día. Puede recurrir a las redes sociales para obtener más datos. Y, como señalan los analistas, hay que tener un plan B.

Se refieren a un plan para el día después, con opciones que le permitan sobrevivir el tiempo que pueda estar desempleado.

Ciertamente, desde el primer día fuera de su antiguo empleo comenzará la avalancha de preguntas: ¿Cómo voy a pagar las cuentas de los servicios? ¿Podré pagar la escuela de los niños? ¿Seré capaz de cubrir las necesidades del hogar? Mantenerse centrado en el hecho de que puede ser un período de desempleo moderado o largo es importante para no ser víctima de la depresión.

Entonces, prepárese con anticipación. Tenga ahorrados varios meses para el pago de mensualidades, alquiler y comida, transporte. La prioridad será reducir los daños colaterales dentro y fuera de la empresa.
La parte económica es prioridad, pues de una agenda bien llevada dependerá que pueda salir a flote durante el tiempo que esté cesante. Por otro lado, puede hacer negociaciones vía Internet, reactivando alguna actividad personal para la cual ya haya demostrado habilidades. Hay quienes obtienen dividendos al preparar almuerzos, trabajar la repostería, hacer traslados.

EL UNIVERSAL

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