¿Quieres saber cómo llevarte bien con el jefe?

La jornada laboral de la mayoría de los trabajadores está marcada por tener que lidiar, además de con su actividad diaria, con el jefe.

Todos sabemos que la relación que tengamos con nuestros superiores marcará de manera definitiva el nivel de satisfacción que tengamos en la empresa. Al igual que los compañeros de trabajo, mantener una relación cordial con el jefe es fundamental; de lo contrario, los episodios de estrés pueden empezar a sucederse.

Normalmente, los jefes procuran mantener una posición distante entre ellos y los trabajadores para evitar que la plantilla se les suba a las barbas. Sin embargo, cada superior es un mundo y por tanto tu trato hacia él dependerá del que él tenga contigo. Eso sí, el respeto debe primar siempre. 

En artículo de hoy queremos darte unas pautas que contribuirán a que tu relación con el responsable sea todo lo buena que puede ser. ¡No piérdas detalle!

Para empezar, muéstrate siempre proactivo y dispuesto a colaborar en todo lo que se te pida. Es probable que el jefe quiera saber tu opinión sobre algún proyecto y debe percibir que estás encantado de ayudar. 

También puedes acudir al responsable si se te ha ocurrido una idea genial para mejorar el funcionamiento de la empresa, aunque no te hayan preguntado directamente. 

Eso sí, en el término medio está la virtud; no te conviertas en el típico empleado halagador que no sabe donde está su lugar.

El jefe valorará positivamente a aquellos empleados que hablen claro, que pongan las cosas encima de la mesa y que le muestren su inconformidad en aquellos aspectos en lo que, teniendo voz, no estén de acuerdo. 

Argumentar siempre las razones por las que algo no termina de convencerte, es algo que te beneficiará seguro. La realidad está muy alejada del prototipo de jefe al que le apasiona que le hagan la pelota. No olvides que son humanos y que ellos también pueden tener dudas y equivocarse, y sin duda agradecerán que alguien les dé su opinión.

Sí, ya sabemos que el trabajo y la vida personal no deberían mezclarse pero desde aquí te aconsejamos que pongas interés en conocer cuáles son los gustos y aficiones del jefe fuera de la oficina. 

Así podrás hacerte una idea más concreta del tipo de persona que es y cómo entablar con el una relación un poco más estrecha. Quién sabe, tal vez tengan un montón de cosas en común.

Importante. Proporcionarle al jefe una opinión contraria a la suya, siempre siendo educado, no está reñido con dejar que quede bien. No catalogues sus propuestas de inútiles y aclara que lo único que pretendes en ayudar a que la empresa siga mejorando. 

Eso sí, si una vez expuesta tu opinión el responsable no la considera adecuada, no insistas. Recuerda que la última decisión es suya.

Partimos de la base de que como jefe, ostenta un puesto de responsabilidad que le supondrá muchos compromisos. El tiempo que permanezca en la oficina será para poner al día reuniones o valorar proyectos, y tenerte todo el día interrumpiéndole para comentarle cosas que, seguramente él no considere tan importantes como las que tiene entre manos no te dejará en buen lugar. 

Por tanto, cuando necesites consultar algo, espera a encontrar un momento adecuado; aquel en el que disponga de tiempo suficiente para prestarte la atención que mereces.

Nunca está de más que preguntes si necesita ayuda para algo. Como sabrás, en una empresa nunca falta trabajo y si por lo que sea has conseguido terminar tu trabajo antes de tiempo, procura ofrecerte para echar una mano con otra cosa. 

Ver a un empleado de manos cruzadas, aunque sea porque eres muy eficiente y lo has terminado todo antes de lo previsto, no queda bien. Pero, volvemos a lo de antes, el destinatario de tu ayuda no tiene que ser necesariamente el jefe, seguro que hay algún compañero que va más apurado con su tarea y agradecerá poder contar contigo.

De vez en cuando, procura que el jefe te cuente cómo valora tu trabajo, si está contento con los resultados o si considera que hay algo que podrías mejorar. Ten en cuenta que las sorpresas no siempre son buenas. Pon en marcha el feedback.

Sé tu mismo. El trabajo es una parte más de nuestra vida y no debe suponerte una fuente de estrés. Para ello, interactúa con el resto de compañeros, muéstrate natural, colaborador y dispuesto a trabajar. Deja claro que te sientes parte de la empresa y que estás comprometido con el proyecto que persigue.

Mantente lejos de los chismosos. Ya sabemos que el chismorreo es tentador pero bajo ninguna circunstancia debes hablar mal de nadie. Nos guste o no, el mundo es un pañuelo y todo se sabe. Siendo precavido y evitando meterte en la dinámica de cuchichear, seguro que evitarás situaciones incómodas.

Por último, queremos repetir la consigna más importante para relacionarte positivamente, no solo con el jefe, sino con todos los demás: sé respetuoso siempre, aunque la persona que tengas al lado no sea de tu devoción.

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Información publicada en: http://empleo.universiablogs.net

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