La recesión económica, la caída de la actividad productiva y de los ingresos y los problemas laborales que siguen afectando a muchos países o aparecen de forma cíclica en el mundo, también pueden generar ciertos efectos emocional y psicológicamente favorables e, incluso, estimulantes, en algunas personas. Esta idea se desprende de un análisis de la psicóloga clínica Blanca Bueno Julià Capmany, del Centro de Medicina Psicológica, del Centro Médico Teknon (www.teknon.es) en Barcelona. Señala que "el impacto psicológico que ha creado la crisis en la población es algo contradictorio, porque incluye algunos "efectos positivos" sobre los que resulta interesante hablar". En un informe efectuado para este grupo, explica que la crisis está reduciendo la incidencia de los casos de depresión postvacacional.
"Como consecuencia de esto, el impacto sufrido por la persona tras reincorporarse a la vida activa, después de un período de vacaciones, es menor", explica Blanca Bueno.
Según esta profesional, "cuando finalizamos nuestro período estival debemos volver a la realidad, retomando nuestras responsabilidades. Ante esta expectativa, es lógico, que las personas experimenten una cierta tristeza o desasosiego".
Períodos de recesión permiten apreciar a plenitud los momentos de bonanza
"La crisis económica dificulta la capacidad de las personas para distanciarse, la habilidad para 'desconectarse' de sus circunstancias económicas, sociales y profesionales", explica Blanca Bueno a Efe.
En opinión de esta psicóloga cuando atravesamos dificultades como precariedad, también tendemos a realizar una valoración más positiva acerca de nuestras responsabilidades laborales, pensando: "al menos tengo trabajo…" .
Afrontar dificultades con firmeza
"Esta estructura de pensamiento hace que la persona vea la reincorporación a la vida laboral, a pesar incluso de que el trabajo esté mal pagado o carezca de interés, de forma menos insatisfactoria", indica.
Por otra parte, que una persona "posea mecanismos psicológicos para hacer frente a una situación de dificultad, tomando conciencia tanto de la precariedad de los recursos cómo de la falta de transparencia en la ejecución de los cambios necesarios por parte de las autoridades, es una reacción positiva y una readaptación de la especie a un entorno hostil". Los recursos psicológicos que pueden derivar de una situación crítica son complejos e individualizados, y dependen de factores de personalidad, genéticos y ambientales, si bien existen ciertos beneficios que se observan con notable frecuencia.
Por ejemplo, en general "las personas toman mayor conciencia sobre sus capacidades naturales, físicas o mentales, e incluso logran optimizarlas para alcanzar los objetivos, que en tiempos vacas flacas son más arduos y espinosos", indica la especialista.
La proximidad a las situaciones de precariedad, la convivencia con una situación económica adversa y la escasez de recursos, puede potenciar la empatía e, incluso, aumentar nuestra solidaridad y comprensión hacia los demás. La crisis "puede ayudarnos a afrontar las dificultades, e incluso aumentar nuestra tolerancia a la frustración", señala Bueno.
¿Que opinas de nuestra editorial del día de hoy?
Especial para El Universal
Una gran oportunidad de empleo te puede estar buscando en www.clasificadoseluniversal.com/empleos ... no la dejes pasar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario