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Las mentiras que más se detectan en un CV

Está claro: en un mercado laboral cada vez más competitivo y con menos oportunidades profesionales, cualquier detalle que pueda aportar valor añadido a nuestra candidatura a un puesto de trabajo siempre es bien recibido. Ahora bien: ¿también cuando no se ajusta a la realidad?

Casi todos conocemos a alguien que asegura en su curriculum tener un nivel medio de inglés cuando apena es capaz de presentarse en esa lengua. O que dice ser licenciado, pero que abandonó el barco (léase la facultad) el segundo año de carrera. Sin duda, la picaresca a la hora de presentar nuestros méritos ante una candidatura de empleo está a la orden del día, y muy especialmente entre los aspirantes más jóvenes.


De hecho, las conclusiones de una investigación realizada por TalentWise asegura que los perfiles junior (entre 18 y 34 años) tienen más tendencia a engordar el curriculum que los candidatos de más edad. Ya sea para mejorar su experiencia profesional o porque los jóvenes suelen asumir más riesgos, lo cierto es que este colectivo es el que más acostumbra a jugar con fuego.

No obstante, los reclutadores y expertos en recursos humanos de las empresas tienen la lección aprendida. A modo de resumen, aquí te detallamos las mentiras más habituales en los currículos.

Exagerar los idiomas. Haznos caso: si eres incapaz de llevar a cabo parte de la entrevista en inglés, lo más sensato será que no digas que tienes un nivel medio-alto del idioma, o bien que especifiques cuáles son realmente tus conocimientos, sin exagerarlos ni magnificarlos. Para salir de dudas, puedes hacer la prueba con un amigo antes de la entrevista. Y si ves que la lengua de Shakespeare te falla, apúntate rápidamente a cursos de inglés para mejorar tu fluidez.

Títulos fantasma. Otro clásico: si dejaste la universidad antes de titularte, es mejor no decir que eres titulado (recuerda que podrían exigirte algún documento que lo acredite), aunque puedes indicar en tu curriculum que iniciaste estos estudios. Eso sí: en cuanto puedas, no dudes en acabar tu formación.

Referencias dudosas. De poco sirve que ofrezcas el teléfono de un familiar o amigo, ya que lo que buscan los seleccionadores es poder hablar con quienes fueron tus superiores en otras empresas, o bien que tus antiguos compañeros de trabajo. Si no estás en condiciones de ofrecer una referencia válida, lo mejor será que omitas este dato.

Una responsabilidad inexistente. Decir que se han tenido varias personas a nuestro cargo cuando no es cierto o que hemos sido responsables de un departamento en el que sólo estábamos nosotros es otro error de manual. Ante todo, es importante no resultar demasiado pretencioso y ajustar el trabajo realizado previamente a nuestras responsabilidades reales.

Demasiados éxitos en el pasado. Aunque es bueno indicar algunos logros en tus empresas anteriores (por ejemplo, incrementar las ventas de un departamento comercial), no conviene dedicar demasiado espacio: además de aburrir al reclutador, piensa que nada garantiza que estos hitos se repitan en el futuro.

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Información publicada en: http://www.quecursar.com/


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